Una de las más grandes necesidades del pueblo Latinoamericano es la administración de justicia. Y es que la justicia es el orgullo de una nación, pero su pecado es su vergüenza. Por ello, saludamos la realización de pruebas psicológicas por parte del Consejo Nacional de la Magistratura en el Perú para con los aspirantes a jueces. Esto permitirá conocer la solvencia moral, así como la personalidad, carácter y firmeza en sus opiniones de los futuros magistrados.
Sumado a esto proponemos que los jueces deben ser personas que tengan una vida ejemplar, ya sea tanto familiar como de trayectoria profesional. Es hora de erradicar la corrupción. Nuestros jueces no deben tener hábitos que desdigan su imagen de autoridad. Por ello, necesitamos jueces que sean esposos fieles y no dados al licor, padres pacientes y veraces, hijos agradecidos de sus padres, etc. Ya es hora de vivir bajo la verdadera justicia, la que proviene de la integridad.
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