miércoles, marzo 26, 2008

De vuelta en Miraflores

Después de 7 años he vuelto a mi oficina de Miraflores, luego de pasar todo este tiempo en el centro de Lima, y aunque el traslado es temporal, no me queda la duda que mis mejores años de servicio en mi trabajo han sido en esta oficina.

Las amistades que hice cuando ingresé a laborar, el día de hoy me saludan y me tratan con mucho afecto. Y a pesar de los años que no estuve por aquí, las amistades están intactas y conversar con cada una de ellas es como ponerse al día en detalles de la vida.

Muchos ya se han casado, han tenido sus hijos y el tiempo va dejando las huellas naturales en sus rostros. Algunos otros ya no están, otros han viajado, tantos recuerdos que uno puede tomar de un simple ascensor, de una ventana a la calle, de las escaleras...

Esta mañana mientras tomaba la foto, daba gracias a Dios por la vista excepcional que tengo y por los amigos, aquellos que sembré hace años, y le pedía sabiduría para sembrar las semillas de la amistad y camaradería con los nuevos compañeros de trabajo, a quienes recién conozco.

Es mi sentir, que una de las cosas más importantes de este momento tan pequeño, llamado existencia humana, no es otra que hacer amigos. Creo que Jesús vino a habitar con la humanidad, no para dictar una doctrina, sino para hacer amigos, para compartir un desayuno, para reirse al lado de un Pedro o un Tomás, para acercarse a los excluidos como sincero amigo... alguien a quien puedan recurrir sin temores y con el corazón abierto sedientos de amor, humildad y alegría.

¡Sí! No cabe duda, es mi amigo...

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