Sueño cumplido

Hace unas dos semanas vi cumplido uno de mis sueños.

Una de mis aficiones son los deportes de raqueta, como el tenis. Y cuando tenía como 20 años me decía que el momento en el que salga a jugar tenis con mis hijos sería un día inolvidable, me imaginaba contestando un revés y subiendo a la net para definir un game.

El tiempo ha seguido su camino y me encontró el domingo en la mañana en una canchita de tenis, con todos mis hijos varones, felizmente vivo en una urbanización que cuenta con dos canchas de tenis de arcilla y una de cemento.

Fuimos a esta última, y luego del calentamiento correspondiente, tomé la raqueta para dar una clase magistral a mi hijo mayor, quien lucía un poco tímido pero siempre dispuesto a aprender.

Mi sorpresa fue mayúscula cuando André empezó a contestarme las bolas fuertes que le enviaba y el primer set lo gané pero con las justas.

En el segundo set, con una mayor confianza, empezó a jugar su mejor tenis, para por primera vez en su vida, ganarme un set.

Claro, el lector podría decir, qué padre tan bondadoso que se dejó ganar. Pero no se lo crean, ya que en la cancha me transformo y gano en la medida que me sea posible.

Aquella mañana de domingo fue sin duda una de las mejores que he vivido, no sólo porque estaba con las personas que mas amo en la vida, sino porque participabamos juntos de un sueño cumplido.