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viernes, mayo 09, 2008

Érase una vez el diezmo I – ¿Vivimos aún bajo el judaísmo o somos seguidores de Jesús?

Un joven cristiano se contactó conmigo en estos días y me contaba lo que sucedía en la congregación donde se esta reuniendo últimamente.
En su caso, me decía que un conocido cantante de música cristiana que vive por Santiago de Surco había comenzado a tener reuniones en su casa, una vez por semana y que se trataba de un estudio bíblico.
Me dijo que la parafernalia dominical de las iglesias evangélicas grandes le había agotado y que le habían dicho que se estaba abriendo esta nueva obra, con características diferentes, así que la visitó en cuanto pudo y así ha estado algunas semanas, pero la semana que pasó, el predicador y cantante ha empezado a decir que todos deben de diezmar, dado que él es quien se preocupa por “alimentarles”, es decir, enseñarles la Biblia.
Este joven me preguntaba si esta práctica es correcta.

Le indicaba que en muchas congregaciones evangélicas, por tradición, acostumbran pedirles a los asistentes que den el 10% de sus ingresos mensuales cada fin de mes, y que en muchos casos “ablandan” la forma de pedir, pero en el fondo siempre lo hacían a efectos de mantener el “templo” y con la visión del pastor de la congregación.
En el caso específico le dije que, en efecto, debería de darle el diezmo al predicador cantante, pero que en la siguiente semana debería este joven de preparar un estudio bíblico y darlo en la congregación y a su vez, solicitar el diezmo a este predicador, ya que todos los creyentes SOMOS IGUALES, no existe castas espirituales, no existe un grupo llamado clero y otro laico, solo hay un pueblo de Dios, con múltiples funciones cada uno.

En efecto, la práctica del diezmo (sea este obligatorio o solapado) deviene en una práctica propia del judaísmo y que básicamente suplía las necesidades de una casta sacerdotal.
En Cristo, todos los que creemos en Jesús y le seguimos somos sacerdotes de Dios, llamados a mostrar lo que dice la Biblia en nuestros hechos y palabra. Nos servimos los unos a los otros por amor.
Lo que ha pasado es que muchos han “profesionalizado” la función pastoral convirtiéndola en un cargo administrativo propio de una institución religiosa.
Jesús no vino a hacer religión sino a darnos vida y libertad a fin de ejercer nuestra responsabilidad en el planeta... la misión de Dios.
Si vas a una iglesia católica o evangélica, y te están pidiendo plata para seguir la visión del pastor, la visión de la casa, o de alguna manera identificarte con dicha iglesia con tus bienes, es hora que medites si estas en el lugar correcto.

La Iglesia es el espacio para relacionarnos con los hermanos y crecer conjuntamente en amor y en igualdad, no se trata de una empresa, ni una ONG, no se trata de un reino humano ni institucional.
Se trata de vivir en comunidad, interdependiente y armoniosamente, transformando cada situación hacia el dominio y señorío de Jesús.