Uno de los distritos de la capital limeña con más violencia por el pandillaje y atrasado es el del Rímac. No me extrañaría que una de las causas de ello sea el que en cada Octubre de cada año se permitan, en ese distrito, sacrificios de toros en aras del placer de unos cuantos que aplauden a rabiar cómo son maltratados y sacrificados estos animales.
Y es que la correlación entre la ignorancia y violencia con la pobreza es directa. Paremos estas prácticas sangrientas y pongámonos en paz con la naturaleza.
¿Por qué mantener una tradición que no promueve una cultura de paz, con el mundo que nos rodea?
¡Es hora de reconciliarnos con el reino animal!
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