
Ý según nuestra legislación nadie puede hacer justicia por su propia mano. A pesar de que muchas personas comenten actos condenables, no somos nosotros los que debemos actuar como juez y parte sino seguir el debido proceso.
Cada vida humana merece respeto y por ello, tiene derecho a un juicio justo y será la misma sociedad que imponga el castigo correspondiente.
Por ello mi rechazo al acto de homicidio en serie y también mi reflexión con respecto a las palabras que vertimos a nuestros semejantes que a veces hieren como una navaja.
Que nuestras palabras sean una muestra de lo que alberga un corazón que cree que Jesús es el camino vivo y verdadero.
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