En la Profecía sobre Moab, Amós describe el acto de rencor contra los huesos de un rey de otra nación, como lo era Edom.
Los actos de venganza contra las autoridades de otras naciones que conllevan a persecuciones nos demuestran un corazón cegado por la ira y la falta de perdón. El carácter vengativo de un pueblo no es aceptado por el Dios del perdón. Si uno quema a su enemigo, sin duda dicho fuego nos quemará por completo.
El respeto a las autoridades va implícito en este principio ético que es vigente para nuestros tiempos dado que entre nuestros países siempre existe el murmurar y el criticar sin sustento alguno. Se despotrica de los gobernantes atentando contra su dignidad, cuando en realidad, el papel del creyente ha de ser el de orar para que sus autoridades se sometan a la autoridad de Dios.
Los actos de venganza contra las autoridades de otras naciones que conllevan a persecuciones nos demuestran un corazón cegado por la ira y la falta de perdón. El carácter vengativo de un pueblo no es aceptado por el Dios del perdón. Si uno quema a su enemigo, sin duda dicho fuego nos quemará por completo.
El respeto a las autoridades va implícito en este principio ético que es vigente para nuestros tiempos dado que entre nuestros países siempre existe el murmurar y el criticar sin sustento alguno. Se despotrica de los gobernantes atentando contra su dignidad, cuando en realidad, el papel del creyente ha de ser el de orar para que sus autoridades se sometan a la autoridad de Dios.
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