Esta noche mientras caminaba por la cuadra 6 de la Av. Grau pude observar un grupo de personas congregadas y que devotamente caminaban a pasos pequeños en medio de la calle, y con ellas una imagen del denominado Señor de Santa Catalina.
No soy amigo de las imágenes, pero pregunté a una señora que acompañaba la reunión, ¿cuán importante era el Señor de Santa Catalina?, la señora me miró sorprendida pero con una sonrisa que se iba dibujando conforme me hablaba, me decía, que cómo no iba a ser importante CRISTO.
En efecto, para ella y el grueso de los acompañantes, la imagen les hacía recordar el sacrificio de CRISTO en la cruz, y que por medio de aquel sacrificio, ellos tenían vida.
Pero, en donde la teología se puede volver dogmática, mejor dejar que las imágenes nos cuenten la historia
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