El dia de hoy he recibido un correo de una amiga que entró a trabajar junto conmigo en la Institución donde laboro. En su correo nos comunicaba que renunciaba para irse de viaje junto a toda su familia a otros país.O sea, dejaba 14 años de trayectoria para enrumbarse en los nuevos desafíos que le esperaban muy lejos de aquí.
Esto me hizo reflexionar sobre si lo que estoy haciendo actualmente como profesional es lo que Dios quiere de mí, o quizá es necesario hacer una evaluación de mi vida y volverme a plantear sueños que provengan del mismo corazón de Dios.
Evidentemente, tengo una familia por la cual velar, pero también reconozco que mi provisión viene de Dios y que nunca es tarde para los nuevos desafíos, como lo fue para el caso de Abraham y el desafío de su tierra prometida.
Jóvenes... la vida se pasa muy rápido. Haz de ella hoy algo que valga la pena contar en el futuro.
No pierdas de vista nuevos horizontes...
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