El día viernes pasado nos invitaron, a mi esposa y a mí, a dar un testimonio de lo que Dios había hecho en nuestro matrimonio en estos últimos años.Mi esposa comenzó indicando las dificultades y roces que tuvimos que enfrentar para tener una relación estable, para luego cederme la posta y poder compartir con los matrimonios reunidos en esa noche en Barranco, que la vida se compone de momentos.
Hay de los emotivos y buenos, pero también de los tensos y malos.
En fin, cada momento que experimentamos debemos de tomarlo como un espacio para compartir, comunicar y aprender algo de humildad.
Para no hacer el tema tan abstracto abrimos la posibilidad para que la gente nos pueda preguntar cualquier tema relacionado a la vida matrimonial y nosotros íbamos a contestar con el mayor gusto.
Las cinco preguntas que más recuerdo fueron las siguientes:
1. ¿Quién de los dos administra las finanzas en el hogar?
2. En la vida sexual de la pareja ¿Deben de haber límites?
3. ¿Quién debe ser la autoridad en el matrimonio y quién debe tomar las decisiones?
4. ¿Cuáles eran los principales problemas en la crianza de los hijos? y ¿Cómo divertirse sin gastar mucho los fines de semana?
1. ¿Quién de los dos administra las finanzas en el hogar?
2. En la vida sexual de la pareja ¿Deben de haber límites?
3. ¿Quién debe ser la autoridad en el matrimonio y quién debe tomar las decisiones?
4. ¿Cuáles eran los principales problemas en la crianza de los hijos? y ¿Cómo divertirse sin gastar mucho los fines de semana?
5. ¿Cómo afrontar las peleas de pareja?
Contestamos todas las preguntas y quedaron otras más en el tintero. De camino a casa, conversaba con ella sobre lo delicado en tratar estos temas matrimoniales; qué sencillo es disertar sobre ellos mas complicado resolverlos en la práctica.
Y pensar que hay tantos detalles que resolver aún... es un desafio saber llevar adelante mi rol de esposo, compañero y padre en mi hogar.
Con este post quiero animar a todos los matrimonios jóvenes a que resuelvan estas preguntas que a mí me hicieron esa noche, en franco y sincero diálogo con su pareja y que en un ambiente de sujeción mutua construyan el mejor hogar de la tierra, donde se respire PAZ y confianza y donde los hijos puedan crecer confiados de que hay esperanza de un futuro bueno construido sobre la base de buenos momentos del dia de hoy.
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