Este tipo de noticias en definitiva, entristecen el corazón de aquellos que creemos que cada persona es importante y tiene un propósito que realizar en medio de los que le rodean.
Por ello, expreso mis condolencias a los familiares y amigos de estas tres personas y, para aquellos que están pasando por situaciones extremas (problemas amorosos, económicos, las depresiones profundas, la desesperación, etc) es pertinente decirles que los problemas que tengan no son nada comparados con el valor de sus vidas.
La vida justamente se trata de eso, de caminar sobre las dificultades y desafíos, y vencerlas. A veces nos podemos sentir solos, pero la presencia de Jesús esta a la distancia de una sencilla oración, y podemos incluso recibir ayuda de los amigos a la distancia de una llamada telefónica o de un email.
No debemos permitir otro suicidio más en el país, el Perú es un país de vida, de esperanza y de sueños, de trabajo y de lucha de sus hombres y mujeres, que creemos que es un bello lugar para vivir.
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